NO ESTÁS EN EL PODIUM

Por Sir Mario Bacar

No, no lo estás. Dios tuvo otro planes para ti, y deberías sentirte orgulloso. No estás ahí arriba con el gobernador ni compartiendo cámaras con el presidente o toda la gente sátrapa que se considera importante por tener una foto con el presidente (et al), tú no estás dándole la mano a los indígenas ni a la gente pobre poniendo cara de lástima y entregándole televisores ni despensas con dinero que ni es tuyo sino del erario.

No, a ti no te toco estar en el podium, y no se por que lo anhelas tanto, y te inconformas por vender avón o productos anway, te sientes reseco y limitado con tu trabajo en el IMSS o en la empresa donde te la vives, quieres estar en ese podium .

Olvidas de manera tajante que tú tienes tranquilidad, en la conciencia y en el entorno, que no le debes nada a nadie, que nadie te juzga ni te persigue, que en las tardes puedes ir al mar a respirar, comer un elote a las 4 de la tarde, ir por un helado a las 9 de la noche y quedarte platicando con tu amigo hasta muy entrada la noche.

Si te pones a ver, Dios te tenía reservada una vida más limpia y honrosa, una vida lejos de las preocupaciones excesivas y banales que implica estar en ese podium, una vida en la que debido a tu tiempo libre te vas a acordar de él

No estás en el podium por que estás en el atrio de Dios.

EGOÍSMO NATO

EGOÍSMO NATO

Por Sir Mario Bacar.

Los niños se pelean en sus inicios por los juguetes. Los celos se hacen evidentes desde temprana edad y el llanto es la manera en que conseguimos lo que queremos. Si un niño no obtiene lo que desea llorará, sin saber si es bueno o malo o tiene alguna consecuencia.

Toda la vida se vuelve un yo, mío, a mí, que nunca acaba. Estudios recientes han demostrado que las personas se ven 10 veces más bonitas y guapas de lo que realmente son. Pero el ojo así lo percibe, nos percibimos más hermosos de lo que somos, esa es la razón por la que existe tanta vanidad hasta el grado de lo ridículo.

A lo que quiero llegar es que existe un egoísmo nato que traemos desde que nacemos y parte obedece a los genes que interpretan el instinto de supervivencia. Pero hay una falsa vanidad que engaña y atonta, una falsa vanidad que se nutre con la soberbia el dinero y el poder, que hace a los hombres aún más egoístas de lo que ya son.

No podremos amar a nadie si no sabemos desprendernos del egoísmo, por que es precisamente en el momento en que madura el espíritu y uno aprende a distinguir lo bueno de lo malo cuando podemos amar, por que podemos dejar atrás por medio de nuestra voluntad la trampa del egoísmo y la vanidad.

Amar es liberarse de ese egoísmo, amar es pensar primero en el de enfrente antes que en uno mismo, es dejar de creerse superior a los demás. O que nadie nos merece.

La vida pone todo en su lugar y son precisamente esas personas altaneras, egoístas y vanidosas las primeras en caer y ser humilladas. Deprenderse del egoísmo no te hace tonto, humillarse solo ante Dios, ante los hombres más bien ser servicial y ofrecer lo que uno tiene para el bien de los demás. Dejar el egoísmo nato que precede la evolución natural nos da plusvalía moral y espiritual, nos lleva a vivir estándares de calidad superiores a los de la vida previa, nos otorga un bienestar social y estatus quo individual acérrimo a un progreso familiar y social.

Desafortunadamente han crecido comercialmente los conferencistas y aprovechadores del ánimo caído. Libros que te incitan a superarte a pensar en grande a quererlo todo, aunque sabes que no se podrá. Religiones falsas que te hacen caer en trampas de riqueza, lujuria y dinero mal habido. Que despiertan en el hombre un egoísmo añadido una ambición desmedida y en vez de pensar como especie por el bien del planeta y del prójimo, solo avivan la llama del egoísmo.

Si quieres ser exitoso debes tener muchas riquezas, la mujer elegirá según tu modelo de carro. Y el egoísmo aumenta.

El egoísmo se vuelve una necesidad de apetito material patológico incontrolable, incansable que termina en la muerte en vida. La muerte de lo que eres y tienes adentro.

Solo aquél que se libere del egoísmo podrá amar plenamente asu pareja, a su familia, a sus amigos y a Dios