viernes, 22 de mayo de 2009

La semilla que sembramos, es el fruto que hoy comemos.

El hombre podrà cansarse de todo en la vida, de amar, del placer, hasta de la belleza y tener sexo pero jamàs de pelear entre sí.

Mèxico nació entre odio y rencor, aún no tenemos identidad, los intereses personales superan los colectivos.

Nuestros ancestros , mayas, aztecas , zapotecas, y la raza aborigen , etc, vivían de la guerra, unos traicionaron a otros, los españoles nos dominaron, guiados por el metal precioso, los ojos siempre añoran todo lo que es precioso.

Así nació esta nación entre el poder la sumisión y la ambición.

Pasaron unos, llegaron otros , todos gobernaron mal, yo siempre me he preguntado ¿por qué somos un país tercermundista? teniendo recursos que ni los primermundistas alcanzan. Por que nacimos mal, nuestra historia se formó mal, la independencia, la revolución, la lucha de reforma llevaban causas nobles pero terminaron en intereses personales.

Así se ha olvidado lo más digno de la raza humana; el perdón la humildad, la sencillez , el entendimiento. Esas cualidades forman una sociedad de calidad. Pero nunca centramos energías hacia una misma dirección, al contrario siempre hemos estado divididos y esa división nos ha destruído por generaciones.

En México hay de todo por eso quieren robárselo todo.
Nos conquistaron los barbudos, formaron el seno nacional a base de mentiras muerte e ignorancia y ahora pagamos. Nunca antes se había hablado de intereses grupales como ahora, ya no hay partidos políticos sino grupos de poder, ya no hay comunidades sino conveniencia de intereses.
Ya no es humano el sistema sino el sistema humano.

Esa semilla que sembraron los formadores del México moderno es ahora el fruto que hoy comemos.