miércoles, 2 de julio de 2025

La fuente del progreso su ubicación original en la ciudad de Campeche.

 La fuente del progreso en su ubicación original antes de las remodelaciones. 


Los niños necesitan a su papá

 Todos repiten lo mismo: “Es que los niños necesitan a su papá…”

Pero pocos entienden lo que eso realmente significa.


Porque un niño no necesita a un hombre que solo firme el acta de nacimiento,

ni a alguien que aparezca una vez al mes con una bolsa de dulces o un depósito por obligación.


Un niño necesita a un papá de verdad.

Uno que esté presente no solo en cuerpo, sino con el corazón.

Que sepa escuchar, que abrace sin que se lo pidan, que dé amor sin condiciones.


Un papá que no solo aporte dinero, sino tiempo, palabras, apoyo, cariño.

Que no desaparezca cuando hay problemas, ni se haga el ocupado cuando su hijo solo quiere contarle cómo le fue en el día.


Un papá que entienda que criar a un hijo no es un favor, es una responsabilidad.

Que ser padre no es aparecer cuando conviene, sino estar siempre: en lo bueno, en lo difícil, en lo cotidiano.


Porque los hijos no crecen recordando cuánto ganabas,

ni cuántos regalos les diste…

Ellos van a recordar si estabas.

Si podían buscarte en la noche cuando tenían miedo.

Si les ponías atención cuando hablaban.

Si les diste un abrazo cuando estaban tristes.

Si se sintieron importantes para ti.


No se trata de tener el título de “papá”,

se trata de honrarlo todos los días con tu presencia, tu amor y tu ejemplo.

Porque cuando un niño crece sintiéndose querido y protegido por su padre,

ese amor se le queda en el alma para siempre.

miércoles, 25 de junio de 2025

ANALOGÍA DEL CAPIBARA

 Dicen que el capibara no le tiene miedo a nada… pero no porque sea valiente.


Es porque no pelea con nadie.

No corre.

No grita.

No se altera.


Solo camina… como si nada pudiera tocarlo.


Se mete entre cocodrilos como si fueran viejos amigos.

Pasa al lado de depredadores… como quien va a comprar tortillas.

Y nadie lo ataca.

Nadie lo molesta.

Nadie lo toca.


Y no porque sea el más fuerte…

sino porque no amenaza a nadie.


No impone respeto con gruñidos, ni con garras, ni con fuerza.

Lo impone con su calma.


Tiene esa energía que desarma.

Esa paz que se contagia.

Esa presencia que hace que hasta el más agresivo… se tranquilice.


Y tal vez por eso todos lo buscan:

las aves, los monos, los patos, hasta los depredadores.

Porque estar cerca de un capibara… te baja el ruido de la cabeza.


Y es que no se trata de ser invencible…

sino de ser tan tranquilo, que nadie quiera hacerte daño.


El capibara no odia.

No se enoja.

No se mete con nadie.


Solo vive.

En paz.

Sin prisa.

Sin miedo.


Y a veces, lo que más falta nos hace no es ser más fuertes…

sino parecernos un poco más a él.


—Susana Rangel 🐾☕️✍️💬

lunes, 17 de febrero de 2025

martes, 11 de febrero de 2025

lunes, 3 de febrero de 2025

Barrio de Santa Ana