Por Lic. Yair Bacar
Una mujer que se cree cebra, va a un refugio de cebras y argumenta discriminación porque no la aceptaron, violan sus derechos porque no la ven como lo que es "una cebra", obviamente, menos mal no se creía leona y entró con las demás leonas, aceptando sus usos y costumbres, claro. Esto lo provoca tanta locura, ahora legislen para permitir que las personas sean cebras y se les otorgue lo que piden como las cebras que son, como son grupo vulnerable tendrán sus casas en la selva exclusivas para las personas cebras, con todo lo que ello implica. No hay que confundir una cosa con otra, como se dice, el DERECHO nos garantiza que todos son libres de sentir, actuar y pensar como mejor crean, nadie puede interferir en ello, NADIE. El problema radica cuando se exige a otra persona o grupo el reconocimiento de estos argumentos y, en consecuencia, que se traduzcan en acciones materiales para garantizar "estos derechos", cuando se quiere obligar a la mayoría a decirle cebra a otra persona ¿Ahora que se hará?, ¿Refugios para personas cebras? ¿Espacios en las diputaciones para personas cebras que luchen por los derechos de las demás personas cebras? Se vivirá con el temor de decirle a alguien su nombre y te grite porque no viste que es una cebra. NO CABE DUDA, estamos en una generación terriblemente distorsionada, el problema es que la ley tiende a lo mismo. Y ojo, que mañana alguien se sentirá palmera o pez, por consiguiente, el artículo 1 de nuestra Carta Magna dirá que todas las personas, sean hombres, mujeres, cebras, peces, palmeras, cucharas o piedras, tienen los mismos derechos, lo que sería correcto legalmente, pero terriblemente idiota ante toda la ciencia y conocimiento humano, así, deconstruimos tantos años de esfuerzo y evolución, no estudié DERECHO para decir que sí a todos los argumentos que se viertan en esta materia, por lo "políticamente correcto", lo hice para defender el espíritu y objeto de la ley, lo que parece estar en completo olvido...
No hay comentarios:
Publicar un comentario