martes, 6 de diciembre de 2011

EL OSO DE PEÑA NIETO

CREDITO:
Rubén Martín

Quién diría que su asistencia a la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara podría convertirse en el Waterloo de Enrique Peña Nieto.

Su inseguridad, equivocación y dudas para responder la simple petición de que mencionara sus tres libros preferidos y que más lo han marcado en la vida (planteada por el corresponsal de El Mundo, Jacobo García), han exhibido al ex gobernador del Estado de México como nunca en su carrera política. Sus erráticas respuestas a esa simple pregunta le han dado, literalmente la vuelta al mundo.

“Pues, he leído varios, desde novelas, que me gustaron en lo particular. Difícilmente me acuerdo del título de los libros. La Biblia es uno. La Biblia en algún momento de mi vida y algunos pasajes bíblicos. No me leí toda la Biblia, pero sí algunas partes. Sin duda, en alguna etapa de (mi) vida, fue importante, sobre todo en la adolescencia", dijo Peña Nieto y añadió: “Leería algo que seguramente mi vocación por la política alentaba este espíritu. 'La Silla del Águila', de Krauze [en realidad de Carlos Fuentes] (...) Y hay otro libro de él mismo que quiero recordar el nombre sobre caudillos, (pero) no recuerdo el título exacto”.

Los escasos cuatro minutos que se llevó Peña Nieto para intentar articular una respuesta a la simple pregunta se volvieron eternos.

Desde su silla en la primera fila del auditorio de la FIL, el cercano asesor peñanietista Luis Videgaray le hacía señas desesperadas para que ya cortara la respuesta.

Pero Peña Nieto seguía hundiéndose, tratando de responder sin conseguirlo, el nombre de la novela que supuestamente está leyendo en este momento.

Las críticas y las burlas no se hicieron esperar. Empezaron entre los reporteros que cubrieron la rueda de prensa en la FIL y se multiplicaron de inmediato en redes sociales, ante la pifia monumental del priista. Un twitero escribió que probablemente tengamos el extraordinario caso de una persona que ha escrito más libros de los que ha leído, pues hay recordar que el candidato presidencial priista acudió a la FIL a presentar el libro “México, la gran esperanza”, supuestamente de su autoría.

Que lance la primera piedra quien no haya cometido un error o una pifia, dirán los defensores de Peña Nieto. Eso es cierto, pero no una pifia de ese tamaño.

Lo que ocurre es que su equivocación para responder una pregunta tan básica revelan a Peña Nieto de carne y hueso y lo desnudan tal cual es. Un político profesional extremadamente protegido y cuidado por su entorno político y por sus asesores que se muestra incapaz de responder algo por sí mismo, un cuestionamiento que no este incluido en las tarjetas o presentaciones que le preparan en su staf.

El otro punto es que muestra al aspirante presidencial más fuerte en las encuestas como alguien ignorante y sin preparación.

No se trata de una postura snob de que la experiencia y el conocimiento se encuentran únicamente en los libros, pues hay testimonios de muchas personas y gobernantes que su saber lo adquirieron de la experiencia de vida.

Pero sin duda que leer ayuda, demasiado, y más si el susodicho aspira a tener a la presidencia de la república, un puesto que concentra el poder político en México.

El oso de Peña Nieto en la FIL revela además cómo ha sido hasta ahora el ascenso político de Peña Nieto. El candidato presidencial priista desempeñó el cargo de gobernador del Estado de México en un entorno mediático protegido, sin una fuente de reporteros que lo fiscalizaran y cuestionaran y apapachado por las grandes televisoras.

Pero cuando se le saca de esa zona de protección y confort, Peña Nieto parece incómodo, inseguro y titubeante, como ocurrió antes con la entrevista que le hizo el periodista Jorge Ramos en marzo de 2009.

Para colmo, su hija mayor se metió al debate en Twitter de la peor manera, con una descalificación a los “pendejos que forman parte de la prole”, lo que agrandó el problema en lugar de controlarlo y disminuirlo. A lo largo del lunes 5 de diciembre, 48 horas después de la pifia, Peña Nieto y su equipo intentaron, en vano, de dar vuelta a la hoja al oso cometido en la FIL. Peña Nieto escribió en su cuenta de Twitter: “Un valor central de la democracia es la libertad de expresión. La crítica a quienes tienen o aspiramos a un cargo público es fundamental”. Pero no bastó para terminar con la burla de que es objeto.

Es muy pronto para saber si este incidente modificará de manera sustancial las preferencias electorales que hasta ahora favorecen al mexiquense, pero lo que será muy difícil es que se quite la etiqueta de ignorante que el incidente en la FIL le dejó. Para presidentes iletrados los mexicanos ya pagamos la cuota con Vicente Fox.

Crítica al Teletón 2011

El pozo de los deseos reprimidos / Álvaro Cueva

Meterse con Teletón ya es como meterse con la Iglesia Católica, es una cuestión de poder, pero, además, como es una cuestión de poder emocional, la cosa se pone peor.

¿Cómo te atreves a cuestionar algo que alimenta directamente el alma de millones de personas? ¿Quién eres tú para criticar algo tan hermoso y positivo?

Si no te desvives en elogios, es porque odias a los niños con discapacidad. Si no invitas a los demás a cooperar, es porque no quieres a México.

Si no te entregas en cuerpo y alma, es porque no crees en la sociedad civil. Si no das dinero, es porque no tienes alma. ¡Muere, maldito si no estás en esto! ¡Que tu alma se condene! ¡Que se pudra en el infierno! ¡Muere! ¡Te odio! ¡Muere!

¿Qué fue lo que pasó como para que yo le esté diciendo esto? Un video de poco más de cinco minutos que abrió la campaña de este año y que circuló por las redes sociales.

En él, personalidades que no tienen nada que ver con Lucero, Marco Antonio Regil, Pedro Ferriz de Con o las tradicionales figuras ligadas a Teletón, confrontaron a los cibernautas.

¿Cómo? Defendiendo esta colecta de argumentos como Televisa, la evasión de impuestos o el dinero de las empresas. Es algo delicado, muy delicado.

¿Por qué? Porque a partir de ese punto Teletón dejó de ser una campaña de responsabilidad social para convertirse en un tema de confrontación: o estás a favor o estás en contra.

No más Teletón bonito, no más Teletón tierno. Si México está dividido, ahora también tiene que estar dividido por Teletón.

Bienvenidas todas las implicaciones políticas, ideológicas y empresariales. Bienvenido a una nueva era de terror donde, o das, o das.

Ni el gobierno se había atrevido a producir un spot tan contundente. Ni la mismísima Secretaría de Hacienda había llegado tan lejos. Le juro que ahora sí ya me dio miedo.

Por lo mismo, a nadie le importó que Teletón 2011 arrancara con una larga lista de errores técnicos y que tuviera la conducción de un hombre que estuvo involucrado en un escándalo sexual que jamás se aclaró.

A nadie le hizo ruido que ahora sí, Telmex, el enemigo a vencer, hubiera sido parte de la fiesta, que se haya abusado de la publicidad, que las estrellas hayan cantado con “playback” y que lo que se pudo haber resuelto en dos horas, como el telemaratón “Hope for Haiti now”, se haya prolongado por tantísimo tiempo.

No critiques, llora, admira, siente, que nadie reflexione sobre las lecturas que pudiera llegar a tener el dato de que, a partir de esta edición, Teletón trajo dólares frescos de Telefutura.

¡Viva México! ¡Viva la fiesta! ¡Vivan los niños! ¡Y que cante Alejandra Guzmán! ¡Que canten Enrique Iglesias, Thalía, los gruperos, los infantiles, los consagrados, los nuevos, todos!

Finalmente, si no cantan ahí, ¿dónde más van a cantar? La televisión mexicana carece de espacios para que nuestros ídolos compartan su arte. Si no cantan en especiales como Teletón, ¿dónde?

Lucero, no, ella que llore, sus lágrimas son uno de los puntos más esperados en todos los teletones.

Y que llore mucho para que se nos olvide que esa televisión que durante esos dos días jura y perjura que ama y apoya a la gente con discapacidad, es la misma que se negó a darle transmisión estelar en vivo a los Juegos Parapanamericanos, la misma cuyos comediantes se burlan de las minorías, la misma que nos enseña a calificar a nuestras mujeres con palabras como “putita”.

¿Para qué ofrecer un espectáculo de calidad? ¿Para qué producir con los más caros estándares internacionales? ¿Para qué ser congruentes? ¿Para qué profundizar? ¿Para qué perder el tiempo?

Aquí lo que importa es la lana porque si no hay lana, no hay ayuda y si no hay ayuda a esos pobres niños se los va a llevar la tristeza porque, como bien dice el spot de internet, los gobiernos van y vienen, los gobiernos responden a los colores de sus camisetas.

Esto, no. Esto, es para siempre. Esto, por supuesto, está por encima de los gobiernos, debe tener más poder que los gobiernos y aunque por ahí se estén defendiendo otras camisetas de otros tipos y de otros colores, es diferente.

Esto sí es lindo porque esto sí es de corazón. ¿O usted qué prefiere, a un político o a los actores de una telenovela, a un partido o a una marca comercial, a un secretario o a una estrella del espectáculo?

Está complicado porque, obviamente, nadie le puede desear el mal a unos niños, mucho menos a unos niños con discapacidad y muchísimo menos a unos niños con discapacidad que además son pobres.

La pregunta es: ¿se puede o no se puede criticar algo así? Y si no se puede, ¿no será que después nos la quieran aplicar con otro tipo de cuestiones?

Por eso le digo: ahora sí esto ya me dio miedo, ya no es una campaña de responsabilidad social, ya ni siquiera es un asunto de rutina, es un tema de poder, de poder emocional, el más fuerte de todos.